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a E A rem 2 ii e rarse de la Escuela de Cristo?... Si las obras que Jesús hizo a la vista de sus enemigos los condenaban por ob- cecados y los hacían inexcusables ante Dios, ¿qué será de las obras acumuladas por el Evangelio hace tantos siglos y la misma existencia, de la Iglesia que arguyen la Divinidad del Maestro y Fundador con claridad más que meridiana? Ante la patria en peligro, la neutralidad es desho- nor; ante la fe probada y la revelada suficientemen- te, la neutralidad es apostasía; ante Dios que se afirma y señala el camino, la neutralidad es presagio de perdi- ción, y las hipócritas escusas que el amor propio y el orgullo alegan para no seguirle, saben a blasfemias y a rebelión satánica. Argumento moral Si hemos de vencer por tanto el mal, ha de ser con el bien, definido y aceptado sincera y abiertamen- te; no puede vencerse a Satanás en nombre de Belce- bú, ni se conseguirá establecer la moral privada o pú- blica, amparándose en doctrinas que no reconozcan abiertamente los derechos inalienables de Dios. Tal parece que quieren ser las doctrinas exóticas que - van apareciendo en medio del pueblo cristiano, importadas de civilizaciones inferiores y que reinciden en el pan- teismo.antiguo con nombres nuevos. El mejor medio de evitar la responsabilidad moral trascendental que cada hombre debe aceptar de su vida y de sus obras, es de- clararlo parte de un teosófico o monista, donde no hay

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