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==> marcar bien la linea infranqueable del delito; la Ley di- vina la establece soberanamente, señalando la línea im- borrable del pecado. El mal moral es la trangresión de la ley divina que fija el Bien supremo como aspiración de nuestra alma y término de nuestro destino. Por donde se ve que la irreductible antinomía de lo bueno y de lo malo, es anterior y superior a toda doc- trina y jurisprudencia de los hombres, que está basada en la religión, porque ésta determina las relaciones necesarias entre Dios y su criatura. Es ya vieja la ma- nía inspirada por el diablo en el Paraiso de querer bo- rrar esa línea divisoria, so pretesto de la independencia moral que ha precipitado los pueblos en la degeneración bestial del mundo pagano. El mal, personificado en Sa- tanás, padre de la mentira, es adorado en imágenes de madera y de piedra y de carne, donde encuentan escu- sa las más bajas concupiscencias y las más abyectas pa- siones, conjuradas para saltar la barrera que separa lo bueno de lo malo. Pero el mal no existe con existencia personal. Existe el-bien absoluto, Dios, contra quien el ángel rebelde levanta guerra desde el principio. Argumento apologético El Santo Evangelio nos lo presenta poniendo ase- chanzas al Verbo de Dios hecho carne, al Hijo de Ma- ría Virgen, cuya aparición en la tierra marcaría el fin del imperio del mal y el establecimiento del Reino de Dios: vénse así frente a frente la Verdad y el Bien contra la mentira y el mal, la luz contra las tinieblas.
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