BCCPAM000R16-1-28000000000000
— 151— Lección trascendental que debiera bastar para ven- cer toda humana resistencia a la voz adorable de Jesús a quien en el Tabor se nos manda oir y escuchar. (La razón humana agotó, antes de Jesús, todos sus recursos para explicarse la creación del mundo, 'el orden ¿moral y los destinos del hombre. Los sabios dijeron mil inep- cias y poblaron el cielo de divinidades y la tierra de crímenes y abominaciones; no pudieron saber de dónde venimos, ni a dónde vamos. Llega Jesús el Maestro Di- vino y lo enseña con autoridad soberana. Los que le creen, son sus hijos, los hijos de la luz, nacidos de su gracia y de su fe, se santifican, se elevan y se salvan. Los que no creen en el Hijo de Dios, están juzgados, se embrutecen y se pierden. Y pensar que aún ahora, después de dos mil años de fulgores cristianos, de re- velaciones cristianas, y de contemplar la asombrosa transfiguración de los pueblos iluminados por el Evan- gelio, hay todavía inteligencias ofuscadas en medio de la luz, habiendo recibido en el Bautismo el hábito de la fe, que no cultivaron y han caído en tinieblas más/espe- sas que las del paganismo! Todavía en país cristiano tenemos que oir a igno- rantes y a osados que preguntan con orgullo por los títulos que tiene Jesucristo para ser escuchado fy obe- decido! Así están los desgraciados sentados en sombras de muerte, pues la luz no se ha hecho para los ciegos voluntarios. Aprendamos nosotros la sublime lección que se desprende de la espontánea y radiante Transfiguración de Jesús. Se muestra a los humildes, se oculta a los so- berbios: los primeros lo ven y lo reconocen en la mis-
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz