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— 121— Explicación para los niños. Cuando los niños llegan a este mundo, traen el alma como esas tierra vírgenes de las selvas en las que toda- vía nadie ha sembrado cosa alguna, que pueden producir todo, pero que, dejadas abandonadas, sólo producen ma- leza. Dios Nuestro Señor ha enviado delante de vosotros varios operarios encargados de depositar en vosotros los gérmenes del bien, para que a su debido tiempo pro- duzcais frutos colmados de vida eterna. Los primeros sembradores de las almas de los niños son sus padres, de quienes aprenden a hablar y los primeros rudimentos de de la vida humana con las nociones elementales de la doctrina cristiana y las oraciones para hablar con Dios. Llega después el maestro, y siembra en vuestras inteli- gencias las primeras letras, con las cuales aprendeis a le- er y escribir y sacar cuentas y a saber un poco de geogra- fía y de historia, y además, conocimientos más ámplios del catecismo que el Sr, Cura Párroco y los sacerdotes misioneros os explican y aclaran preparándoos para la Primera Comunión. Así este sembrador de lo sobrenatu- ral eleva vuestros conocimientos y cultiva vuestro cora- zón, haciéndoos conocer y amar cuanto habéis de creer, practicar y recibir; el Credo, el Decálogo y los Sacramen- tos. Así queda sembrado y preparado el campo de vues- tra alma, para que, con la gracia de Dios, rocío del cielo y benéfica lluvia necesaria, y con vuestra cooperación, florezca y dé de sí el fruto - que Dios y los hombres espe-

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