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— 115— largo del camino, significan aquellos que la es- cuchan, sí, pero viene luego el diablo y se la sa- ca del corazón, para que no crean y se salven. Los sembrados en un pedregal, son aquellos que oida la palabra, recibenla, sí, con gozo, pero no echa raices en ellos y así creen por una tempora- da, y al tiempo de la tentación vuelven atrás. La semilla caida entre las espinas, son los que es- cucharon, pero con los cuidados y las riquezas y las delicias de la vida, al cabo la sofocan, y nunca llega a dar fruto. En fin, la que cae en buena tierra, denota aquellos que con corazón bueno y muy sano oyen la palabra de Dios, Y la conservan con cuidado, y mediante la pacien- cia dan fruto sazonado. Aclaración literal del texto Pensemos ante todo en la amable personificación que de sí mismo hace Jesús en esta admirable parábola evangélica, la más apropiada para entender el modo cómo su luz y su gracia obran en nuestras alma, y cómo se desarrolla su acción sobre nosotros, Jesucristo no vino a este mundo para violentar los acontecimientos, sino para encauzarlos. No para revolucionarlo por la política, sino para infundir a ésta su espíritu. No para imponer violentamente sus doctrinas a los pueblos, sino para declararles la voluntad santísima de Dios en or- den a los transcendentales destinos de los hombres y de las sociedades. Se presentó solicitándonos con be- neficios y amor a seguirle y oirle, como quien desea a-