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Guarío domingo después de la Epifanía Dios prueba nuestra fe en El y exige abso- ta confianza. Evangelio según San Mateo. (Cap. VIID. q, En aquel tiempo: Entró Jesús en una barca acom- | pañado de sus discípulos. Y he aquí que se le- vantó una tempestad tan recia en el mar, que las ] ondas cubrían la barca. Jesús dormía. Y acer- y ' cándose a El sus discípulos le despertaron dicíien- ll do: ¡«Señor, sálvanos que perecemos! Díceles $41 Jesús: ¿De qué temeis, hombres de poca fe? En- : 14 tonces puesto en pie, mandó a los vientos y al 7 mar que se apaciguaran. Y siguióse una gran bo- pl nanza. De lo cual asombrados todos los que es- CI taban allí, se decían: ¿Quién es Este que los vientos y el mar le obedecen? 3 Aclaración literal del texto. Después de un día azoroso pasado entre la pre- dicación, las inútiles discusiones que provocaban sus enemigos, y las jornadas que le imponían cuantos re- clamaban auxilio en sus necesidades, Jesús reposa dúl- cemente mecido por las aguas del mar Tiberiades.

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