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EL GALENO ANDINO 67 . Lo sigui6d; fué constante; luego noté alivio, _ y finalmente ha mejorado del’ todo; me escribié lo siguiente: “En Febrero de 1945 estuve varias veces con usted con motivo de sufrir de Ulceras al esté- mago; pero, gracias a la receta que me dié y que he puesto en. practica hasta el dia de hoy, no he sentido ni el mas minimo malestar y he podido comer de todo; cosa que no podia hacer, yo creo, desde tres anos. Asi que por esto quedo de Ud. muy agradecido”. Desde luego yo le indiqué que no dejara del todo el tratamiento y que siguiera haciéndoselo. una vez por semana y tomara las yerbas indi- cadas, y comiera siempre que pudiera las yer- bas en ensaladas o pebre con aceite y vinagre. ~ ¥ que el cuerpo estuviera corriente . . . al dia; de lo contrario, se debe hacer lavativas, aunque sean en pequefas cantidades; ya se sabe, no habiendo fiebre, lavativas con lejia por medio de una perita de goma. Las defecaciones, que se retienen mas de un dia dentro ‘del aparato digestive —est6émago e intestinos— producen pronto Utlceras: y provo- can mal olor, que se nota en el mal aliento.