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- - EL GALENO ANDINO 4T ee — % ; Los comenégales “No aceptan el cambio de los guisos acostum- brados”, —suelen decir los cocineros.— Si esto es cierto, y se empecinan en comer a su gusto, sin someterse al sistema naturista, sus comidas: seran maisanas y el cuerpo lo pagara. Tienen razon, en parte, los cocineros. Yo mis- mo soy testigo de los regalones comensales y paladeadores de sabores insalubres. £Qué dice este austero naturista? ;Cree que nos Va a convenhcer que los huevos fritos son: — malos? Bien ricos que son. “;Que le cuente el cuento a su abuela, que la mia no cuela!” Mi abuela ya murié; a quien se lo contaré sera a él. Si, a ese gracioso, sin gracia para co- mer y sin compasién para é]; pues, mete a su est6mago paciente, todo lo que a los ojos y al paladar agrada. ' Si quieres. saborear los huevos fritos, sin grande perjuicio de tu estomago, gracioso co-. mensal, debes saber comerlos. Desde luego, que no esté muy tostado e! huevo y que sea frito en aceite, con ajcs sin pelar. En la mesa el huevo- y tu delante de él, coges pan afejo —integral,. mejor—- y lo desmigajas; echas las migas sobre la yema y un poco de sal, y aji si quieres, y lo- at
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