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P. BIENVENIDO DE ESTELLA gruzco y endurecido. Ahi se alivid y pudo ende- rezarse y andar. Poco después, otro vémito . . . Con esto des- cans6 mas el enfermo. No necesité lavativas. Pero bebia a cada paso el agua de limpiaplata pura, cocida. Esta yerba no hay en Pascua, pe-— ro la llevé en cinco sacos, que recogi en Ari- ca. Esta hierba fué muy apreciada por los ka- nakas, pues la usaron a la vez para sus granos y herpes de la cabeza. Veneno eficaz y mortal - ‘ Era una nifera que atendia a una hijita de mi amigo V. R. Por equivocacién, tomé una cu- charada de veneno, al querer dar un jarabe a la guagua que cuidaba. '- Habia dos frascos sobre la cémoda, uno de jarabe, otro de sublimado; éste es el que des- tapé creyendo que era el de jarabe ... + por go- losa pretendié tomarlo ella primero, y se enve- neno, cayé al suelo desmayada y asi se libré la guagua del envenenamiento y de la muerte ins- _ tantanea. F ue ~ Una hermana mayor de la guagua corrié a buscarme y, al hablarme, me dice con agitacién por lo nerviosa: