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278 P. BIENVENIDO DE ESTELLA —i Pues no le dije que si? . . . y que, durante ; la noche se ponga la limpiaplata cocida. ' Al tercer dia sedevanto la enferma de la ca- ma, se quito la catavlasma para lavarse la ca- < ra; y jcual no seria su sorpresa!.... —Hija—grita admirada— corre, ven, mira que veo todo... Y se abrazaron de alegria. Pero aun hay mas; ahora es la tia la que enhebra la aguja- para que la sobrina se entre- gue a sus tareas de coser. Tu:nor de oidos - dolor Es un caballero de Los Angeles quien me dice: —j Qué remedio me da para el mal de oidos? —j Para quién es el remedio?, jpara joven o para anciano? —Es para mi anciana madre, a quien usted conoce tantos ajios ha... —Ya... Consigame, pues, romero —-y mejor flores que hojas—; se moja o macera bien en un mortero o almirez y, conseguido el jugo, —a eso se le lla- ma aceite—, se le echan al ofdo interno, unas tres gotitas, y se le pone una motita de algodén en el oido para que no se le salga el aceite _ Asi, durante el dia, se le pueden poner esas gotitas de tres en tres horas. ’ ie é ae te , ’ : ‘