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. 5 EL GALENO ANDINO J 273 —Aqui la tengo. Vengo a darle las gracias también de parte de la ciega... grecuerda? ‘“—{La de Talca? 2 —tLa misma. El] otro dia iba yo por el cen- Bs tro-de la ciudad y veo sorprendida que mi ami- ga (la ciega) sale de su casa, como loca gritan- ‘do—joh Dios mio!.... jya veo!; si veo, ya veo. . Algun transetinte se paré, yo también; y nos Fe enteramos de su mejoria_y de su justa ale- P gria..., pues ya no era ciega. Se —Feliz ella....; pero digale que siempre se ponga las gotas, aunque no necesita con tanta frecuencia. El que ve y no ve Es un joven de Constitucién que, después de -ecumplir sus veinte afos, se da cuenta que no e ve de un ojo, del izquierdo; y poco del derecho. _ Lo llevan a un doctor a Talca y, al examinar lo, le dice que no tiene remedio su ojo. Después, lo Hevaron a Santiago a un especia- lista. Este dié esperanza, pero le dijo que habia peligro de que perdiera el ojo... En fin, que ‘no sabia qué hacer. te Cay6 en mis manos como Ultimo recurso, aun- . que los suyos poca fe tenian en mi sistema... ; - ademas, no sgistieoiyabr pantie os, ndseared titulos - sonantes. Pero, como no son los Staton co que tienen 18 Galeno Andino