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EL GALENO ANDINO Por fin, a cada dedo asi empaquetado, le puse Ee el ancho dedil de lana y, encima de toda Ja mano, a e] guante sin dedos sujetandoselo en la muiieca. De dos en dos horas, se le quitaban el guante _ y el dedil de lana; quedaba con el dedil de tela _ y la limpiaplata; metié los dedos al agua de la : limpiaplata y volvia a ponerse el dedil de lana _ y el raro guante. Asi se manipula todos los dias, cambiando _- las yerbas una vez al dia. A los ocho dias, sin _-verrugas. Ya hace esto 15 afios y no retornaron las ve- rrugas. ’ Otro caso de verrugas.... Fui a visitar a un amigo y se me present to- | da la familia; estamos en la galeria; salén fa- _ miliar y de visitas de confianza. Una hijita de mi amigo tiene una pierna ven- dada. : —jPor qué tienes vendada la pierna? — le pregunto a la chiquilla de unos 13 afios. —Porque tengo una verruga muy fea. —<A ver ..., quitate la venda. _ —Si, enséfale la verruga —agrega la mama. 4 Grande era la verruga .. . la misma chiquilla _ Ja acrecentaba arrascdndosela 6 pellizcéndosela. 5

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