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P. BIENVENIDO DE EST£LLA Las figuras, o formas, de estos parasitos eran: unos, como gusanos cilindricos y amilosos de dos centimettros de largo; otros, coma lombri- ces chicas de tres centimetros de largo; los terceros, como chanchitos sin patas de dos cen- timetros de largo; y los cuartos, como gusano corriente parecido a los de frutos, lisos y chi. cos. ~ —Y¥ me salieron vivos, sefior—exclama la pa- ciente al mostrarmelos. —Ahora le saldran muertos, y Ud. saldra vi- va... Le receté otra toma mas eficaz con las mis- mas yerbas, agregando no mas el fenogreco— la punta del cuchillo, por cada toma—y el re- sultado fué como era de esperar. Salieron los parasitos muertos y en cantidad tal, que lleno de ellos, la bacinica varias veces, en su deposicién por ambas vias; le di, a la vez, fuerte lavado vaginal. Pasado un mes, la paciente, ya mejorada, se me presento a darme las gracias, lo que pocos hacen. —jCuanta mugre tenia yo en el interior!— decia la’ pobre mujer al visitarme—, y, gracias a Dios y a Ud., he mejorado.... — Cuanto le debo, sefor? —Nada, sefora, vayase tranquila y cuidese para no caer en la misma enfermedad: siga e} _ sistema indicado. —Pero no me. voy céfiforme; pidame algo, aunque no tenga lo suficiente para a co- mo merece.