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74 LA VÍCTIMA HABLA A LOS REDIMIDOS porque los santos lo han saciado con sus amargas lágrimas. + * * «TODO ESTÁ CONSUMADO”. Sexta palabra Los hombres, crueles más que las fieras, no se estremecieron ante el lastimoso quejido del moribundo Jesús; dejáronle morir abrasado en la sed que lo atormentaba en su cuerpo. Pero la sed inextinguible de su alma quedó calmada: el Padre Eterno acudió al grito de su amado Hijo, y debió de hacerle sentir su complacencia amorosa y mos- trarle su Justicia divina ya satisfecha. Así se transparenta bien el profundo significado de la sexta Palabra que sus labios casi fríos pronuncia- ron, como un suspiro de alivio y de triunfo: «con-= sumado es”: todo está bien. La expiación ofren- dada por los pecados del mundo, había restable- cido el equilibrio entre Dios y los hombres: sola- mente así quedó en calma y se entregó dulceemen- te al descanso de la muerte el buen Jesús. He aquí el aspecto más luminoso del dolor eris- tiano; es una expiación. No podremos nosotros cantar victoria porque hayamos sufrido mucho; ni la cantidad, ni la calidad de nuestras penas pueden representar un bien en el orden moral si no las ofrecemos a Dios para restablecer el equili- brio de su divina Justicia ofendida por nuestros pecados.