BCCPAM000R16-1-10000000000000
SACRIFICIO Y HOLOCAUSTO 43 za de lo inmortal contra lo caduco, victoria defi- nitiva del espíritu contra la carne. Quien sabe morir como cristiano, aceptando aquel trance su- premo, el más amargo, en gracia de Dios y por amor de Dios y como expiación del pecado, ofrece al Altísimo el sacrificio más perfecto que tiene en sus manos, el cual, unido a la muerte de Jesucris- to, infinitamente meritoria, convierte la maldición» del Paraíso en eterna bendición. Si el dolor puede sublimarse hasta estas altu- ras, si se puede sufrir y morir ante Dios como mueren las víctimas en los altares, ¿quién rehu- sará sufrir y morir por amor de Dios, ni menos se atreverá a dudar de que el dolor encierra gran- des bienes? ¿Quién no los aceptará y aun los bus- :'ará para purificarse y santificarse y devolver a Dios su gloria? Si adoramos a Jesucristo crucificado, sería una inconsecuencia lamentable que nos resistiéramos a tener en nosotros lo que adoramos en Dios: la Cruz y el Dolor. El es nuestro modelo, es un libro escrito con sangre, más elocuente que todas las ponderacio- nes que pudiéramos hacer; que ha convencido a centenares de hombres y mujeres y literatos que aprendieron en su Crucifijo la ciencia más nece- saria, la más sublime, la que no se enseña sino con obras: la ciencia de vivir para el tiempo y pa- ra la eternidad. Es el libro de los dolores divinos. Y para que entendamos cómo podemos apro- piárnoslo, tiene comoun compendio más acomo- dado a nuestra capacidad, el libro de los dolores
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz