BCCPAM000R16-1-10000000000000
36 EL DOLOR ES UN BIEN Poy respetos por lograr lo que tan fácilmente se pier- de, y nos dispone a no fiar tanto de la capricho- sa fortuna. Aprendemos, además, con el descon- suelo, a compadecer a los que sufren, a no en- greirnos sobre sus males, sino compararlos con los nuestros, y sentirlos, y no creernos tan des- graciados: nos enseña, por fin, la tribulación a no poner nuestro goce en las bienandanzas de este mundo, en el que, los que hoy son felices, pueden mañana verse a los pies de otros implorando su misericordia y su ayuda. * * * Remedio de muchas hipocresías Como el hombre cuando peca, cuando atro- pella los derechos de Dios y de los hombres, no siempre lo hace empujado por la pasión o por instintos bajos, sino que muchas veces, quizá las más, sírvele de excusa algún respeto honesto y aun virtudes y afectos reconocidos como bue- nos, ha dispuesto la divina Providencia que sea- mos afligidos con harta frecuencia, y que sufra- mos tribulaciones y pesadumbres en nombre de todas esas cusas, que siendo santas, mil veces quizá nos han servido de razones para el mal. ¡Qué de crímenes no se han cometido en nom- bre de la religión! Jesús mismo predijo a los suyos que llegaría un tiempo en que, quien los matara, creería hacer un servicio a Dios. En nombre de la divinidades paganas fueron sacrificados mi-
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz