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34 EL DOLOR ES UN BIEN falta, y tiende por sí a poner al hombre en perfee- to equilibrio. Sí, los pobres padecen hambre; los ricos pade- cen de hartura;los poderosos experimentan odios; los de abajo se sienten mordidos de la envidia; los de arriba tienen que arrostrar desdenes; la lujuria consume la vil carne que la produce; la gula acor- ta la vida, y la riqueza engendra el gusano de la avaricia y el insomnio. Pero ni el soberbio padece sin perder algo de su orgullo, ni el colérico sin perder mucho de sus furores, ni el sensual arrastra un cuerpo doliente sin que se embote el aguijón de la lujuria, ni el envidioso y duro de corazón recibe golpes sin que se ablande y se contenga. Algo tiene el placer de corrosivo que embrutece, y el sufrimiento algo de estimulante y robustecedor que nos dignifica y renueva lo más elevado de nuestro ser. El Dolor valor social Queda probado que el dolor es un valor moral, no sólo porque nos une con Dios reconciliándonos con El, sino porque nos purifica, porque llama al orden a nuestras potencias y sentidos, y des- pierta la conciencia cuando, sobornada por el pla- cer, se despeña en el vicio. Por las mismas razones es un valor eminentemente social, acorta maravi- llosamente las distancias entre los hombres, y demuestra el lado más sensible de la fraternidad

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