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258 LA REINA DEL CIELO en el Calvario, ha depositado ILIMITADA confian- i za en María, fiando de su mediación las gracias ) que son el fruto de la Redención. Ni Dios ni los hombres han hecho distinción de tiempo ni de i gracias, Dios la hizo Madre de la causa meritoria | de todas; Jesucristo la declaró solemnemente Ma- ' dre de todos los redimidos, y éstos han acudido a María en demanda de sus cuidados maternales. | No sólo creemos que la Virgen fué una vez el i vehículo de las gracias en Belén, y la depositaria de la Sangre Redentora en el Calvario, sino que, así como Jesucristo murió por todos los hombres | de todos los tiempos, y redime aún a cada uno de | ellos como si fuera solo, por lo mismo que cada | uno de ellos lleva el pecado de Adán; de la misma manera y por iguales razones, María interviene en la salvación de cada hombre, y en cada gracia | que se le dispensa; y esto por una disposición inmu- | tablede Dios, para que todos debamos la salvación dd a Jesús como a causa meritoria, y a María como a causa instrumental, como a mediadora nece- i saria, aun sin ser de intento invocada. Así ha vis- | to siempre la tradición cristiana a la Virgen, en | esa línea imborrable, sobre la que Dios la puso en el momento mismo de recibir la ofrenda sangrien- ta de los brazos de la cruz y del corazón de María.
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