BCCPAM000R16-1-10000000000000
218 REINADO DE JESUCRISTO Cristo Rey La santa Biblia donde los cristianos debemos rebuscar documentos que autoricen y ratifiquen nuestras creencias, lo mismo que la Tradición del pueblo católico, están preñadas de frases y pensamientos que forman la ejecutoria más irre- cusable del Imperio de Cristo en cuanto Hombre. El precursor que apareció poco antes de que se cumplieran los vaticinios de los Profetas antiguos, Juan Bautista, el mayor de los Profetas, anuncia- ba y señalaba con el dedo al Rey: «Haced peni- tencia, porque se avecina el Reino de Dios». Con las mismas palabras había expresado lo mismo el celestial embajador que anunció a la Purísima Virgen de Nazaret su sobrenatural maternidad. «Lo que nacerá de ti será Santo y llamado Hijo del Altísimo. Dios le dará la sede de David su padre, y su reino no tendrá fin». Jesús sería rey siendo hijo de María, es decir, en cuanto hombre. Cuando El mismo comenzó su vida pública y reunió sus primeros discípulos, enviólos por el mundo para decir a cuantos quisieran escuchar- leg: «El reino de Dios se acerca>. Debían avisar de esta vecindad aun a los que no quisieran reci- birlos: «Si en alguna ciudad o aldea no fuereis re- cibidos, salid de ellas sacudiendo el polvo de vues- tro calzado en testimonio contra su obstinación, y decidles también: «Tened cuenta con que, a pe- sar de todo, se acerca el Reino de Dios». Los Apóstoles debían ir por todos los caminos
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz