BCCPAM000R16-1-10000000000000
_______LA SED DE CRISTO HA SIDO SACIADA 107 Lo mismo debería hacer perpetuamente desde el Tabernáculo en su vida eucarística, para ven- cer la obstinación de los malos; demostrar su ardiente sed de ellos quedándose horas, días y años oculto, abandonado, mofado quizá, y hollado por amor de los que han de salvarse, y lo hallarán siempre que busquen su ayuda. ¿Y creéis que esa ardiente sed de Jesús no cla- maría al cielo. ..? Dios que oyó los gemidos de Ismael en el de- sierto y el llanto de la esclava Agar, su madre, e hizo brotar del seco arenal una fresca fuente para que el niño no muriera de sed y la madre de dolor, ¿podría ser sordo al clamor de su querido Hijo y al suspiro amoroso de su divina Madre que con- templaba impotente la angustia de Jesús? No, no: el mundo, árido desierto, debería convertirse en un campo fecundo de aguas vivas de virtudes y heroísmos brotados al impulso del amor al Crucifi- cado. Vedlo, si no, al través de las edades que han pasado junto a la cruz y han escuchado el grito de Jesús: lo más selecto de entre los hombres ha sentido una sed extraña de elevación moral, de progreso espiritual, venciendo el embrutecimien- to de doctrinas y costumbres paganas y abyectas. Lo eterno, lo ideal, lo grande, lo heroico, es el im- pulso que ha realizado y realiza en los pueblos la civilización cristiana. El anhelo de las almas santas de sobreponerse a todo lo material y terreno para acercarse a Dios, es la sed que Jesús expresó en su agonía; ya no está solo: si hay quien todavía le da hiel y vina-
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz