BCCPAM000R16-1-01000000000000

hi la Sierva de Dios tuvo que abandonar su querido retiro del Escorial y pasar con las primeras novicias a habitar en el centro de la ciudad de Vich, a cubierto de los atre- vimientos impíos de quienes quisieron estorbar la obra de Dios. Creciendo luego el número de novicias, hízose Y 4 388 VIDA Y OBRA DE LA MADRE JOAQUINA DE VEDRUNA DE MAS ' insuficiente la casa alquilada ; habían pasado cuatro años, Ep0 y de nuevo fué trasladada la Casa Madre y Noviciado a la calle de Capuchinos, donde se arrendaron dos casas conti- ? guas. Instaladas en ellas, tuvieron siempre estrecheces y penalidades; pero mucho más la obstinada enemiga de los impíos, que no perdían ocasión de insultarlas y vejarlas y cuando para oír la Santa Misa salían diariamente a la calle. Puede decirse que el conato de la Madre Joaquina y de las Carmelitas para lucir el hábito religioso pública- mente en época de tan fiero apasionamiento antirreligioso fué casi heroico, y lo sostuvo varonilmente, mal que pesara a los enemigos y aun a los tímidos amigos : éstos se aver- gonzaban de ellas porque veían que aquéllos las denosta- ban, las arrojaban piedras y lodo, y pretendían encerrarlas en el ostracismo y aun aniquilarlas. ¿Cómo pagaba la santa Madre aquellos malos tratos ? Con amor, con caridad y especial cuidado de los mismos que la injuriaban, como le aconteció aquellos días en Vich. Iba a la iglesia acom- Al pañada de algunas Hermanas, cuando un joven libertino HAT TE IE A —— tomando una piedra hirió a la Madre. Notó ella al punto el disgusto, la indignación de sus buenas hijas... y salién- doles al paso, dijo :— « Cuidado ; no digáis nada ; dentro de pocos días tendremos a este joven bajo nuestro cuida- do». Y, efectivamente ; sobrevínole luego al desgraciado atrevido una grave enfermedad, y fué cuidado maternal- mente por la misma Sierva de Dios, que reservó para

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz