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NUEVOS AVANCES Y NUEVAS CRUCES 87 ello testimonio el Emmo. Sr. Cardenal Sanz y Forés, biógra- fo de la venerable Madre Fundadora, enterado por dicha Madre y sus contemporáneas. Hasta las criaturas insensibles se prestaban a veces a la voluntad de la Sierva de Dios. Estaba en cierta ocasión la Hermanita cuida- dora del lavado y planchado de la ropa en la Casa Madre muy afligida porque la per- sistente humedad del tiempo no permitía que se secase la ropa lavada y necesaria con urgencia. Fuése con Vich. — Casa de Caridad. (Patio interior.) esta cuita a la bue- na Madre y ésta le dijo: «Vete a la huerta y di al sol: sol, sal; la Madre lo manda ». Obedeció candorosamente la Hermana e hizo sin vacilar la prueba: y ¡cosa admirable! en el acto rasgáronse las espesas nieblas y el sol, radiante, despejó totalmente el cielo de nubes, con lo que en pocas horas pudo la ropa secarse, y ser planchada y entregada al interesado. Y cuando la Hermana fué a contar lo suce- dido a la Madre, ésta le dijo: —«¿ Creías tú, hija mía, que el sol no tiene también obediencia ? » — elevando así su pensamiento a las cosas de la virtud y descartando su personal intervención. k * Traslación de la Casa Madre y muerte del Ilustrísimo señor Corcuera. — Ya dijimos en el capítulo pasado cómo

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