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E AAA TD A ARA TI q REIEIAK: «<< XA A A va 0 VIDA Y OBRA DE LA MADRE JOAQUINA DE VEDRUNA DE MAS más aquel día. Pero a los pocos días la encontró de nuevo la Madre, la saludó y le repitió con más seguridad aún que sería Hermana de las suyas. Paula, que para entonces había adquirido algunas noticias del nuevo Instituto, alu- diendo al oficio de enseñar que tienen las Carmelitas, le replicó que ella no podía serlo, porque sabía muy poco. — « ¿Traes algún libro ?, repuso la Madre. — Sí, dijo Paula, pero es mi devocionario, y de su lectura usted no podría deducir ni siquiera que sé leer bien, pues lo digo casi de memoria ». Habían trabado confianza, y siguieron hablan- do hasta llegar a la Casa de Caridad, donde la Madre examinó a la joven y le dijo resueltamente : «Ya sabes bastante ». Retiróse Paula muy confusa e indecisa, pensando cuál sería la voluntad de Dios; conocerla y cumplirla pedía insistentemente en su oración. Volvía, pues, un día de la iglesia, donde había orado con más devoción a la Virgen Santísima pidiendo que la iluminara en su camino, cuando al llegar a su casa se encontró con una carta de la Madre Joaquina, que ya estaba en Vich, en la que le decía : « Hija mía, no resistas más. Es voluntad de Dios que seas Her- mana de las mías : ven cuanto antes a Vich; es verdad que aquí hace mucho frío, pero... nos calentaremos en el fuego del Sagrado Corazón de Jesús ». Esta llamada fué decisiva, y Paula Delpuig fué sin demora a echarse en los brazos de la Fundadora, que había visto, con luz sobrenatural y profética, los tesoros de gra- cia, de sabiduría y de virtud que Dios depositaría en aque- lla joven, que efectivamente fué desde el principio dechado de novicias, luego de profesas, y con el tiempo, la columna robusta del Instituto, Vicaria General de la Madre Fun- NS

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