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LA PRUEBA DE DIOS 79 cada día más auge : las jóvenes más distinguidas pedían asociarse a la Madre Joaquina, y el Noviciado de Vich estaba floreciente. La guerra civil, con toda su secuela de males y calamidades, poblaba los Hospitales en villas y ciudades catalanas, y de todas ellas pedían Hermanas para cuidar heridos y enfermos. El primer establecimiento grande donde la venera- ble Madre instaló a sus puta nas ULA hijas y trabajó ella per- A ARS sonalmente fué la Casa de Caridad de Barcelo- Firma autógrafa de la Madre Paula | na, donde entraron el 12 de noviembre de 1829. Puso al frente de ella a una de sus más fieles hijas, la Madre Veneranda Font, que llegó a merecer bien de toda la población, sin distinción de ban- dos políticos y aun de ideas religiosas; tal fué su tacto, prudencia y abnegación. Queremos relatar aquí una anécdota extraordinaria que acaeció a la Madre Fundadora estando en Barcelona en los trabajos de la fundación. Iba un día por la Rambla, cuando le salió al paso una joven modestamente vestida. Por un secreto impulso de Dios, acercóse a ella, la detuvo y le dijo sencillamente : «I'ú te llamas Paula, y has de ser Hermana de las mías ». La joven había llegado a la Capital del Principado para ver y tratar distintas Congregaciones Religiosas, y conocer así cuál era la que mejor se amoldaba a su ideal de vida perfecta y activa. Sorprendida, pues, por el inesperado saludo de aquella Religiosa a quien no había visto jamás, le contestó en seguida : «Es verdad que me llamo Paula, pero no puede ser lo que usted dice, que yo sea de las suyas, pues no las conozco ». No hubo
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