BCCPAM000R16-1-01000000000000
FAA TAE | AIN EAT PO a ei yo 66 VIDA Y OBRA DE LA MADRE JOAQUINA DE VEDRUNA DE MAS que, guiadas por un instinto divino llamado vocación y gracia de estado, adquieren luego adaptación conveniente para ulteriores progresos, como veremos más adelante. Al mismo tiempo, la buena Madre salía a ocuparse de los enfermos en el Hospital de Vich, y aun en las casas de los más desvalidos. Ella misma cuenta estas primeras ocupaciones de sus hijas en carta al señor Estrada, del 17 de abril de 1826: « Desde media cuaresma, le dice, tengo en mi compañía nueve hijas espirituales, con aprobación del señor Obispo. Nos aplicamos a enseñar a las niñas y a velar de noche a los enfermos. Trabajamos para comer; Dios lo bendice todo, porque si el trabajo no alcanza, Él toca el corazón de alguna buena alma. Todo lo hacemos según su dulcísima y amabilísima voluntad. Cuando una persona se echa en brazos del buen Jesús, Él acude a ella, y así lo hace con nosotras ahora ». He aquí levantado un poco el velo que encubre la vida íntima de aquel Novi- ciado cuya maestra, madre y alma era la Madre Joaqui- na de San Francisco de Asís. No pocas veces carecieron de todo y Dios proveyó milagrosamente. Otras veces la tribulación venía de los desfallecimientos de las Hermanas menos firmes en su primer propósito, lo cual afligía incomparablemente más a la buena Madre. Ya el día que propuso inaugurar la vida religiosa, convocando a las nuevas postulantes en la iglesia de los Capuchinos, le fallaron cuatro; y una de ellas contrajo compromiso matrimonial aquel mismo día, lo cual dió lugar a una profecía de la Madre Joaquina, anunciándole que su infidelidad a Dios le acarrearía te- rribles desgracias en el estado que proyectaba abrazar, como sucedió, y después lo contaba la misma víctima a A e:
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz