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206 VIDA Y OBRA DE LA MADRE JOAQUINA DE VEDRUNA DE MAS Desde el año 1892 continuó el crecimiento progre- sivo del Instituto, y en 1896 eran ya ciento treinta y siete las Casas fundadas, atendidas por mil cuatrocientas cin- cuenta Religiosas. En 1906 habían aumentado en ocho las casas, casi una por año: eran ciento cuarenta y cinco, y las Religiosas mil setecientas ; es decir, que cada año había aumentado el número de vocaciones en veinticinco religiosas. En el año 1916 florecieron ciento cuarenta y dos casas, con mil novecientas treinta : un aumento de otras siete casas y de doscientas treinta religiosas. Y en 1924, cuanto se celebró el 22 de abril en Madrid el mag- nífico Congreso Nacional de Educación Católica, uno de los presentes, el Excelentísimo señor don Gonzalo Morales de Setién, Capellán de S. M. el Rey, pudo ostentar al Ins- tituto de la venerable Madre Joaquina, como uno de los más florecientes y más genuinamente españoles, el más español sin duda por su origen y actividades en los noventa y ocho años que a esa fecha llevaba de existencia. Ciento cincuenta y seis colegios eran entonces los que tenían a su cargo las dos mil setenta y ocho Religiosas Carmelitas esparcidas por España y América, y educaban a la espa- ñola, sólidamente, prácticamente, piadosamente, a treinta y siete mil seiscientas sesenta y cinco alumnas. «¿Qué método emplea, decía emocionado el confe- renciante, el Instituto de la Madre Joaquina ?... Es ocioso decir que hace un siglo, o sea en los años de la Fundación, apenas había otros centros de enseñanza que los oficiales, es decir, la escuela clásica del pueblo, en donde poco más se enseñaba que a leer, escribir y contar, y esto con mé- todos muy primitivos. Las Carmelitas, viviendo en aquella época y en aquel ambiente, tuvieron que seguir en un

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