BCCPAM000R16-1-01000000000000
MUERTE DE LA VENERABLE FUNDADORA 153 Así demostraba Dios las confidencias que tenía con su Sierva, para que sus hijas conservaran el recuerdo perdurable de aquella Madre postrada en la enfermería, y con la cual no se con- taba ya oficialmente en el gobierno de la Con- gregación. Heces del amargo cá- liz. — No sin pensarlo mucho, hemos querido marcar en el párrafo pre- cedente la lucidez espi- ritual de la Madre cuan- do muchos la creían in- capacitada para ocuparse de las cosas del Institu- to; era preciso anotarlo para entrar ahora en el relato de - los aconteci- mientos que fueron ló- gicos dentro del concep- to de esa supuesta incapacidad intelectual de la Madre. Interior de la iglesia de la Casa Madre Indicamos en el capítulo precedente, que, después de prolongada vacancia de la Sede Episcopal de Vich, fué llamado en 1852 a ocuparla el Ilustrísimo señor Palau. Una de las primeras providencias de este Prelado, fué escribir una carta circular a las Hermanas Carmelitas de la Caridad, como Superior General nato del Instituto, según
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz