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A AM A A A A A rn O ES A [A e pr 152 VIDA Y OBRA DE LA MADRE JOAQUINA DE VEDRUNA DE MAS nua oración, y veía desde muy alto y a larga distancia. Pocos días después de aquella íntima escena entre la Madre Paula y la Madre Joaquina, dispuso ésta el viaje a Barcelona, adonde iba para no volver. Recibióla en la Casa de Caridad su querida y predilecta hija la Madre Veneranda Font, indicada por todos para sucederla, supues- tas sus virtudes de todos conocidas y que era una de las que conocieron y trataron al Padre Fundador, como lo había indicado la Madre en sus avisos para lo futuro. Acababa el año 1852, cuando la Sierva de Dios, llegada a la última estación de su Calvario, comenzó a agravarse visiblemente. La Madre Veneranda "*cuidábala con filial cariño; señaló a la Hermana Apolonia Camps como su enfermera, y ella la visitaba siempre que sus ocupaciones la dejaban un tiempo libre. En una de esas íntimas co- municaciones, y con entera confianza, hízole esta pre- gunta : «Dígame, Madre, ¿quién morirá primero, usted, la Madre Sabatés o yo?...» A lo que contestó con una amable sonrisa dibujada en los labios y en los ojos : « Pri- mero yo, después tú ». Quedóse aquí en silencio y como pensando ; por lo que su interlocutora la instó y le dijo: «Y usted... ¿morirá muy pronto ?... » «Sí, respondió, no tardaré». No llegó a veinte meses el tiempo que la separaba de aquella profecía. « ¿ Y yo?... dijo la Madre Veneranda ». «'Iú vendrás muy pronto conmigo ». Murió esta Madre trece meses después que la Fundadora. « ¿ Y... María Saba- tés ? », insistió de nuevo, como si quisiera probar la firmeza de su cerebro : «María, contestó, tardará mucho, mucho ». Y así fué ; pues a pesar de sus padecimientos y achaques, sobrevivió a la Fundadora diez y siete años, para gran bien del Instituto.

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