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y rt A PX PP Pb O A 4 => e e lu A . 134 VIDA Y OBRA DE LA MADRE JOAQUINA DE VEDRUNA DE MAS conización para el nuevo Obispo, insistieron las Religiosas en su petición, como albricias del alto puesto a que lle- gaba el señor Casadevall, y tuvieron el consuelo de reci- birlas, pues se les permitió salir a la calle con hábito re- ligioso. Así se lo notificó a la Madre el Prelado por decreto del 28 de enero de 1848 ; y desde aquel día las Madres Carmelitas volvieron a usar públicamente el Santo Hábito que las distingue de todas, adoptado desde el principio de la fundación. Mientras la Madre pasaba el invierno de este año en Barcelona, sobrevino a la ciudad de Vich una nueva tri- bulación : fué bloqueada en diciembre de 1848 por los soldados del célebre guerrillero carlista Cabrera, irreduc- tible a losí términos de paz tanto tiempo concertados, y que se hizo temible en Cataluña con sus fuertes monto- neras llamadas «matinés ». Todo estaba en peligro ante aquella sangrienta acometida que renovaba los horrores de la pasada guerra. La Sierva de Dios sufría lo indecible por la suerte de sus Hijas, y sobre todo por no poder co- municarse con ellas hasta mediados de enero. El día 16 escribía una carta a la Madre Maestra, donde le decía: «Viva Jesús : quiero que estés buena, y que lo estén todas. Para últimos de febrero podrás venir a pasar unos días. Hija mía, si puedes, haz una visita al señor Obispo, de mi parte, y le dirás lo mucho que he pensado en él durante estos días, y lo mucho que por él he rogado para ayudarle a llevar su tribulación ». En la misma carta se congratu- laba de que el Reverendo Padre Bach, confesor de la Comunidad de la Casa Madre, esté ya bien y en salvo, concluyendo así : « hijas mías, sabed que, hasta el día de la Purificación de la Virgen, todos los días me hallaréis

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