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Ly 640 CGOTTLIERN Ela habla, como UESULA ¡5 de Dios fueran !, i ¡ Amén | Pero las palabras que has dicho suenan, Elsa, tan extrañas añora a nuestro oido, la uu Í edo llenan, que nuestro cor y de duda a la ve Si acaso fuesen, o cierta del enemigo, E . > “+ E. Ei iNSPIAcRÍg de hos, pues a nosotros po nos puede Hustrar nuestra ceguera, pensémosio con tino... oremos mucho, porque lo mismo el bien que el mal revelan: abracemos el bien, si el bien inspiran, guárdenos Dios del mal, si mal trajeran. ¡Tus manos echan fuego, estás temblando! Vete a tu cama y duérmete ligera! j ¡Un beso! Buenas noches ! ¡ Y no llores! ¡que ya no llores, Elsa! (Elsa sale.) ¡Qué temeroso es esto, de verdad! Me ha dejado al besarme estremecida, cual si el rostro una sombra me tocase, y a la vez, ¡soy tan débil y tan niña !... Tan pronto como vea en el Oriente tan vaga luz resplandecer del día, iré a buscar temprano a un sacerdote, y oiré lo que el buen hombre al fin me diga.