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io 297 a, diez metros de altura, queda el viajero sorprendido ante el es- píritu patriótico de ese gran pueblo que va dejando de sus glorosas jornadas recuerdos de semejante magnitud. El mismo dia de su inauguración se propusieron los anarquistas volar el monumento al empuje de la dinamita, pero fracasó el proyec- to destructor. A poca distancia de Niederwald se encuentra el célebre monasterio de religiosas edificado a mediados del s1- glo XII. Un poco más al noroeste pueden verse los restos de otro monasterio «Notgottes» (Agonía Domani), convertido hoy en alquería. Caminando hacia el septentrión, llegamos antes de veinte minutos al de «Mariental». Se ve que las orillas del Rhin eran apetecidas por los monjes medioevales. (204) Pueblecillo situado a orillas del Rhin, de unos 4.400 habitantes, célebre en la historia por haberse discutido en su castillo de Schónborn las bases previas para la Paz de West- falia. Entre Geisenheim y Ridesheim se encuentra el magní- fico puente de Hindenburg, el único con que se tropieza en el trayecto fluvial de Coblenza a Maguncia, uno de los más de- leitosos recorridos que imaginarse pueden, como se tenga la feliz ocurrencia de cruzarlo durante las horas del crepúsculo vespertino. El vallecillo donde se halla sentado Geisenheim es inmensamente rico en flores, frutos y viñas. Cuenta con una preciosa iglesia gótica para los Católicos, otra del rito evan- gélico (de estilo romano y bastante menos interesante), un es- pléndido tilo de respetable ancianidad (seiscientos años) que lo quisieran los berlineses para sí, el citado castillo de Schón- born, un bonito colegio de Ursulinas, el castillo de Johannis- berg a unos minutos de distancia, y, a unos pocos más, el mo- nasterio de Beénedictinas de Eibingen, donde profesó hace un par de años la madre de una de las religiosas de la comun1- dad, habiendo antes sus otros hijos abrazado todos la vida del claustro: su marido, después de “cuarenta y dos años de profe- sorado, tomó también el hábito Capuchino y continúa a los se- tenta abriles bien floridos dedicado a la enseñanza en la Es- cuela Seráfica de Bolcholt i. W. (2053) Fastrada era hija del conde Rodolfo y Luitgarda fué una de las nueve esposas de Carlomagno. Aix-la-Chapelle (Aquisgrán), cuna, capital y sepulcro del rey de los francos y emperador de los romanos, fué llamada así en memoria de la iglesia que en ella mandó edificar en 796 para guardar las cenizas de Fastrada. Uno de los relieves de la catedral de Aquis- grán está íntimamente relacionado. con la tradición, según la cual, hizo Fastrada que Carlos se trasladara de sus palacios