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y no necesidad de nuestras vidas... Casualmente llegué: por la tormenta que sobre estos cerrados azotaba, yo me detuve en la pequeña aldea, y allí escuché, con fruición bien honda, vuestra moral y física dolencia, que no me desalienta, ni sorprende: y a través de la noche horrible y negra... (17). para aliviaros, ¡hasta aquí he subido! PRINCIPE ENRIQUE (con tronta). ¿Y para esto venís? ¡Jamás creyera tener el grande honor, de que un tan sabio viniera a verme aquí !... LUCIFER ¡Si esa dolencia yo llegase a curar, de mí sería la honra! PRINCIPE ENRIQUE ¡ Y no hasta entonces! LUCIFER ¿Y qué es esa enfermedad, que tanto os aflige? PRINCIPE ENRIQUE Un mal, pero sin nombre: una dolencia sombría, eterna fiebre; es una llama, un fuego que circula por mis venas, cuyos alientos ardorosos suben a llenar de vapores mi cabeza, ¡mi corazón semeja a un triste lago, que mana siempre en incurable lepra: (18). me cuento entre los muertos, y no dudo que presto lo he de ser !... ' LUCIFER ¿No halláis en esa, de Gordonio el Divino, obra famosa, «Lirio de Medicina», que ahí, abierta a vuestros ojos veo, cura alguna que poderosa a repararos sea?
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