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— 278 —— Entre las impresas se cita principalmente: «Passionarius Ga. leni de aegritudinibus a capite ad pedes usque complectens, in quinque libros particulares divisus, una cum febrium trac- tatu eorumque Sintomatibus» (Lyon, 1516). (188) Mateo Platea o Plateario fué un médico italiano del siglo XII, perteneciendo a la ilustre familia de galenos del mismo apellido, habiendo varios de entre ellos publicado interesant<s tratados de terapéutica, tenidos por los profesores de la escuela de Salerno en gran estimación. A Mateo se le atribuye la no- table obra «De simplici medicina». También se tiene por tra- bajo suyo las «Glosae in antidotarium Nicolai Praepositi», que fueron impresas andando el tiempo en Venecia el año 1497. (18) Se conoce con este nombre una colección de preceptos escritos en verso latino por Juan de Milán, poeta-médico del siglo XI, para Roberto de Normandía. No se nos ha presentado la oportunidad de tener la obra al alcance de nuestras manos, a pesar de haberla buscado en bibliotecas como las de las anti- quísimas abadías de Melk y Kremsmiinster (Austria), pero, se- gún las referencias que hemos podido recoger, se nos antoja no ser exagerado el calificativo de «elegante» que nuestro poeta dedica al autor. (190) Célebre médico griego nacido en Coos, algo más de cuatro siglos antes de Jesucristo. En su familia era tradicional el ejercicio de la medicina, de suerte que se transmitían de pa- dres a hijos los preceptos del arte de curar. Habiendo salido de su ciudad natal para tomar lecciones de médicos afamados, sólo se restituyó a ella a muy avanzada edad, fundando una escuela de medicina, cuya fama perduró mucho tiempo después de su muerte. Las generaciones sucesivas han venido amontonando fábulas sobre la personalidad de Hipócrates, hasta el punto de sernos muy difícil desbrozar el camino de la verdad. Se le han atribuído un gran número de obras, y apenas podríamos pro- bar la paternidad de una sola. Toda su Patología se halla fun- dada en la acción de log humores nocivos. Consiguió comuni- car a la Medicina una forma que se ha conservado a través de tantas centurias. Fué indiscutiblemente un genio creador, como Platón, Sócrates o Aristóteles, y puesto que na se le podría se- ñalar predecesor en la ruta por él seguida, merece ser llamado en justicia «padre de la Medicina», aun desprovisto de los arre- quives y floripondios con que ham querido cubrirle sus exal- tados admiradores. (101) Los cuatro libros de los Analíticos se hallan incluí- dos en el Organon del filósofo de Estagira, y tratan con mi-

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