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corte, retiróse al convento de Aversa, y luego al de Monte Ca sino, donde compuso sus obras. Su llegada a Salerno se hija en 1076, o sea veinticinco a treinta años después de la muer- te de Garioponto. A él se debe la introducción en la escuela de Salerno de las tradiciones del arabismo en medicina, que ense- ñoreándose de la península, hizo sentir sus efectos en Europa hasta la época del Renacimiento. Su farmacología es más com- plicada que la de Garioponto y más rica en alexifármacos. De todos los puntos de Europa llegaban enfermos a Salerno para recibir el tratamiento de Constantino, que había adquirido ya renombre universal. También se robusteció la celebridad de Sa- lerno con la publicación de las obras del afamado médico Juan de Milán. Más tarde fué transformada la escuela en Universi- dad. Quien quisiere conocer más por menudo la brillante his- toria de la celebérrima escuela médica de Salerno, hallará da- tos interesantes en la conferencia del Profesor Arturo Casti- glioni pronunciada en la Universidad de Padua: «Le origini de la scuola di Salerno, il suo sviluppo, la sua importanza, le let- teratura medica salernitana», y en la del profesor Pietro Cap- paroni a los universitarios de Bari: «La scuola di Salerno ed i suoi diversi periodi.» (186) En los tiempos medioevales se le exigían al médico otros conocimientos además del de la Medicina, constituyendo las matemáticas y la filosofía dos materias favoritas de los galenos de entonces. No hay que olvidar que tanto el Esculapio de Coos, como el de Pérgamo, cuyas obras han venido siendo la cartilla de todos los curanderos científicos hasta los tiempo modernos, fueron manifiestamente aficionados al cultivo de la filosofía. De ahí la categórica y discutible aseveración del es- colar salernitano. (187) Médico italiano que vivió en la primera mitad del siglo XI, y uno de lo más ilustres maestros de la escuela de Sa- lerno; pero se le conoce muy poco, pues incluso su nombre ba sido transcrito equivocadamente y se le llama Guarimpotus, Guaripotus, Guariponus, Warmipolus, Raimpotus y otras varian- tes que han contribuído a desfigurar su personalidad. También ofrece serias dudas su nacionalidad, aun cuando parece casi se- euro haber sido italiano. La (poca en que floreció puede situarse entre 1oro y 1050. Del examen de sus obras se desprende que fué continuador de la medicina grecolatina y que no tenía la menor idea de la literatura árabe relativa al arte de curar. Conocía perfectamente a Galeno, hasta el punto de haber sido atribuí- das a éste algunas de las producciones del maestro de Salerno. es

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