BCCPAM000R14-4-28000000000000
con los argumentos escritos por Modestino, discípulo del juris. consulto Ulpiano. Un oratorio recuerda todavía la habitación ocupada por nuestro paisano Ignacio de Loyola, que llegó a Monte Casino en peregrinación, permaneciendo allí cincuenta días. Es también célebre la «villa» que habitó San Ratchis, rey de los longobardos, cuando abrazó la vida monástica, y una viña que él mismo plantó y cuidó, según la tradición. Gre- gorio VIl, antes de morir eri Salerno, visitó el monasterio en compañía de todos sus Cardenales. La edificación de la gran Pasílica comenzó en 1640, bajo el gobierno del abad español Domingo de Quesada, y se terminó en 1727. El general fran- cés Championet desposeyó al monasterio, a fines del siglo XVIIM, de innumerables tesoros, entre ellos dúos estatuas de plata (de San Benito y Santa Escolástica) y la Sagrada Fami- lia, de Rafael. Hay en la Basílica unas medias lunetas de Eran- cisco de Mura, que representan los hechos más famosos del capitán hispano Gonzalo de Córdoba, bienhechor de la abadía, pues, habiendo arrojado a los franceses de los reinos de Ná- poles y Sicilia, hizo cuanto pudo por devolver al monasterio su prístino florecimiento y esplendor. San Carlomán está en. terrado bajo el altar mayor en un sepulcro de ónice, pero no se le tributa ningún culto particular. La memoria de los ser- vicios acarreados a la ciencia a lo largo de la historia le valió al convento de Monte Casino, lo mismo que al de la Cava y a la Cartuja de Pavía, el privilegio de quedar al margen de las leyes de supresión. Uno de los discípulos de Monte Casino fué el Doctor Angélico, Santo Tomás de Aquino. A raíz del arre- glo definitivo de la Cuestión Romana, habló la prensa de una probable visita del Pontífice reinante, Pío XI al monasterio de Monte Casino: ¡después de la gloriosa reconquista de su libertad, reconocida por los mismos expoliadores de 1870 en la firma depositada al pie del Tratado de Letrán! ¡Gloría al Papa Rey! En el mes de abril del corriente año de 1929 se ce- lebró con inusitada pompa el décimocuarto Centenario de la Abadía de Monte Casino, habiendo sido presididas las fiestas por el secretario de Estado de Su Santidad, Cardenal Gasparri, en representación del Papa, y el ministro Belluzzo, en repre- sentación del Gobierno, siendo escoltada la berlina del pur- purado ilustre por carabineros Reales en traie de gala y ce- rrando el cortejo triunfal una compañía de carabineros de Ca- hallería. La <fpIstola pontificia al abad actual, Gregorio Diama- re, constituye “ina imponderable apología del celebérrimo mo- nasterio, «gran propugmacolo della fede, quasi colonna della
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz