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— 270 — poseé una importante sinagoga y una influyente colonia hebrea, De los astilleros de Liorna han salido muchos acorazados de la escuadra italiana. Cuenta asimismo con varias industrias artis- ticas, debiendo grandemente su importancia comercial al hecho de ser el desembocadero natural de las ricas cuencas de la Tos- cana. Fabricada sobre terreno pantanoso, dispone de una red de lagunas e islotes artificiales que le han merecido el sobre- nombre de «a Venecia del Mediterráneo». Así como su rival Pisa morta conserva restos admirables de su antigua grandeza, Liiorna no posee nada que valga la pena desde el punto de vista arquitectural, a pesar de que su prosperidad comienza con «+l dominio de los Médicis. Es la patria del autor de Cavallería rus- ticana. Las joyerías de coral de Liorna, Génova y Torre-del- Greco, han adquirido fama mundial. (177) La piratería ha constituído en tiempos de civiliza- ción deficiente, uno de los azotes de la humanidad. En la época romana formaban los piratas una verdadera potencia marítima, y llegaron a saquear más de 400 ciudades. Roma se vió en la pre- cisión de decretar su exterminio por la Ley Gabinia, encargan- do la empresa a Pompeyo, el cual limpió los mares en menos de cuatro meses. En la Edad Media volvió a ser frecuente ese gé- nero de pillaje y al principio de la Moderna eran harto célebres los saqueos y robos de los piratas turcos y argelinos, adqui- riendo el terrible Barbarroja fama universal. Afortunadamente, los progresos de la civilización y las duras disposiciones pena- les establecidas por el Derecho internacional han acabado ofi- cialmente con ese enemigo común: «Pirata communis hostis om- nium», que dijo acertadamente el orador romano, Claro está que la situación geográfica de Italia y España convertiría a am- bas en cebo predilecto de los corsarios argelinos, y fueron en todo tiempo las víctimas preferidas de aquellos salteadores apostados en alta mar. (178) Ciudad de la Toscana, en Italia. Es conocida con el sobrenombre de «la industriosa» y célebre por los cuadros de fra Bartolommeo y las esculturas de Matteo Civitali. La vega del Serchio es una de las más ponderadas de Italia por la es- plendidez de sus cosechas, y los agricultores y hortelanos de Lucca han conseguido hacer su habilidad proverbial. Todavía sigue siendo muy importante su comercio de aceites, pues po- see hermosos olivares cuidadosamente cultivados. Aunque también se dedican al cultivo de la vid, no sabemos que la ex- portación de su vino haya adquirido nunca considerable des- arrollo, ni que sea tampoco de calidad excepcional. La ciudad de
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