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/ en la añorada luz, que al alejaros me pareció que todo oscurecía, a y las sombras en torno me cercaron ! ¡ Vuelven aquellos de alegría o duelo en aéreo tropel, sueños amados, sueños y formas antes conocidos, que fueron, y no más serán al cabo, trocando el claustro de la noche oscura en un jardín de delicioso encanto, y haciendo de la sombra, y tristes horas, abiertas flores de lhálito aromado! ¡ Yo no quiero dormir !, ¡ quiero de nuevo ser en su dulce compañía !; ¡en vano mis labios, ¡ay!, las llaman, y ellas huyen... y así, desvaneciéndose, pasaron !... Finge el recuerdo cuanto sueña y quiere, el tiempo..., el accidente y el espacio, pero la realidad inalterable, ni acepta el trueque, ni soporta el cambio; y que a nosotros mismos nos tornemos a nueva creación, no nos es dado, ni poner nuestra alma en consonancia ya con las armonías que pasaron. 1 ¡ Descansar ! ¡ Descansar !, ¡dadme reposo... . ¡reposo y paz!, el pensamiento raudo de la vida, no cesa, y forma adquiere de desesperación. ¡Es demasiado! (14). ¡Un sueño interminable... !, eterno sueño, ¡ qué dulce al pecho triste !, ¡qué descanso! ¡el sueño imperturbable, y bien profundo, sueño infinito, y siempre reposado! (15). (Un fogonazo de luz, del cual sale Lucifer bajo forma y maneras de un médico, que viene de paso) (16). LUCIFER ¡Salud, Príncipe Enrique! PRINCIPE - ENRIQUE (sobrecogido). ¿Quién tal habla? ¿Quién es, o qué eres tú?