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O 2560 = dictinos, dentro de cuya iglesia se conserva una antiquísima Capilla, al estilo del Pilar de Zaragoza, y a donde acuden pe- regrinos de todas las partes del mundo. Cuando en 1927 llega- mos por casualidad a aquel monasterio, tuvimos la agradable sorpresa de encontrarnos con 1n grupo de peregrinos cata- lanes. La imagen venerada es la de Nuestra Señora de los Er- mitaños. Se calculan en doscientos mil los devotos que anual- mente se postran a sus” pies. Se atribuye la fundación a San Meinrado, monje de Reichenau, asesinado en $61 por unos ban- doleros. El abad Eberardo de Estrasburgo comenzó .en 931 la construcción de la abadía en el lugar mismo de la celda de San Meinrado y la capilla de la imagen milagrosa fué inaugurada en 948. El monasterio está situado en una posición ventajosísima, y sus muros ocupan un espacio aproximadamente de siete hec- táreas, teniendo el edificio una fachada de ciento treinta y seis metros de longitud. La iglesia es de estilo barroco, llevado hasta la exageración, y la célebre Capilla de la Virgen, situa- da junto a la puerta principal de entrada, es de mármol negro. En la nave principal luce una magnífica araña regalada por Na- poleón HI, en memoria de su madre. El interior del monasterio es de una grandeza regia, sobresaliendo el espacioso refectorio abovedado y la riquísima biblioteca, sin hacer mención de las habitaciones reservadas para huéspedes excepcionales, entre las cuales las hay (Sala de los Príncipes) que pudieran instalarse en Versalles o en Sehónbrunn, sin desdecir ni por, su mobilia- rio ni por su decorado del resto del palacio real, Al puebleciilo de Einsiedeln le sucede lo que a todos los centros de peregrina- ción: sus moradores se dedican a sdquear «honradamente» los bolsillos de los visitantes y viven con relativo desahogo gra- cias a... la ajena devoción. En parte alguna del mundo hemos visto, después de Lourdes, mayor actividad en el servicio del altar: las Misas Cantadas se suceden casi sin interrupción des- de la aurora hasta el mediodía, y hay que darse mucha maña para tener el consuelo de celebrar en la Capilla de la Virgen, porque los numerosos sacerdotes peregrinos suelen tener toma- das las horas con notable antelación. (156) El pacto con el demonio es uno de tantos registros socorridos del teatro en todas las literaturas. Por ventura la leyenda portuguesa del dominico fray Gil de Santarem que, por cédula firmada con su propia sangre, vende su alma al diablo a cambio de aprender los secretos de la magia negra; y el vigésimocuarto de los «Miraclos de Nuestra Señora» del bue- no de Berceo, donde nos cuenta haber Teófilo kecho igual pacto