BCCPAM000R14-4-28000000000000
luego, en compañía de San Judas, la de Mesopotamia, donde ambos sufrieron el martirio. Sus homónimos en el Evangelio fueron Simón Pedro, que más tarde debía ser conocido casi ex- clusivamente con el segundo de los nombres, y Simón, el pa- riente de Jesús. El sobrenombre de «Canaanita» no designa la nacionalidad del apóstol, pues no se origina del nombre étnico Kenaani, sino del adjetivo Qanán, cuyo verdadero sentido que: da aclarado con el apelativo de «Zelotes» que le da San Lu- cas. Se nos antoja, pues, que Longfellow ha incurrido aquí en el error harto frecuente de confundir al apóstol San Simón con su homónimo, pariente, según los apócritos, del Salvador. (108) Los judíos del tiempo de Jesucristo dividían el día natural en doce horas, distribuídas en cuatro partes, de tres ho- ras cada una: primera parte (el amanecer), tercera parte (ha- cia las nueve de la mañana), sexta (el mediodía), y nona (ha- cia las tres de la tarde). Así, dicen los evangelistas que el Re- dentor murió a la hora de nona, y. por lo mismo señala nues- tro poeta esa misma hora para el comienzo de la representa- ción de la Pasión y muerte de Nuestro Señor. Todavía quedan las denominaciones judías del tiempo en el rezo del Breviario, aun cuando no coinciden precisamente con la actual distribu- ción canónica del oficio divino. Sin embargo, de esto, hay ór- denes religiosas, los benedictinos y algunos monasterios, por ejemplo, en que se continúa rezando Nona a las tres de la tarde. La distribución judía era de duración desigual, siendo más cor- ta en invierno y algo más prolongada en la estación estival, (109) Antigua y celebérrima abadía benedictina de la Sel- va Negra, situada junto al río Nagold, en Wiirtemberg, entre Kalw y Liebenzel. Sobre una colinita había antes de la llega- da de los monjes una capilla de San Nazario, que la tradición la remonta al siglo VII. El primer obispo Noting de Vercelli, hijo del acaudalado Conde Erlafrido de Calva (Kalw), comen- zó6 alí en S3o la fundación del convento, trajo de Italia las re- liquias de San Aurelio y acabó el edificio e» año 838. Padre e hijo dotaron esta «Aureliuszelle», conocida comúnmente con el nombre de la campiña de Hirsau, con bienes, casas y alhajas de Iglesia, y como primeros colonos llamaron a los monjes de Fulda. El abad Rabán envió quince de los suyos, designando a Luitberto como primer Abad y al sabío Hidulfo como maes- tro de la nueva escuela, que bien pronto debía tan lozanamen- te florecer. El Papa Gregorio IV y el emperador Ludovico Pío confirmaron la fundación, tomándola bajo su patrocinio. Desde el siglo XI fué en decadencia, el Conde del distrito secularizó
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz