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yd — (32) Hace alusión a cierta disposición legislativa tendente a poner coto a las aficiones báquicas de los pueblos norteños. El rey Egdar (no hemos podido precisar si se trata del santo de Glastonbury, del de Escocia o del Pacífico), ordenó que se clavaran a determinadas distancias unos alfileres en el inte. rior de todos los vasos destinados a la potación, y quienquie- ra que osase rebasar el límite del alfiler correspondiente a cada trago era penado con diversos castigos. Bueno. Todo estaba en repetir los golpes, ya que el prudente monarca no tuvo la pre- visión de fijar el intervalo que debía separar los traguitos suce- sivos de cada bebedor. (33) Así se les llamaba a los trovadores de Alemania du- rante el reinado de los Hohenstaufen (1138-1254). La palabra «minnesinger» significa «cantor de amor», y dábaseles este nombre por constituir el amor, la mujer o la naturaleza el tema habitual de sus cantares. Son conocidos los nombres de unos trescientos, siendo los más renombrados Dietmar von Aist, Ulrico von Lichtenstein, Enrique von Frauenlob, y sobre todos ellos Waiter von der Vogelweide (1168-1230), a quien in- troduce nuestro poeta en escena. Wolfram von Eschenbach, Gottfried von Strassburg, Enrique von Offerdingen y Hart- mann von der Aue, autor de «Der arme Heinrich», de donde toma Longfellow la leyenda del Príncipe de Hoheneck, están también considerados entre los minnesingers, pero su fama es más bien debida a los romangpes métricos que a los cantos de amor. «En el país feudal por excelencia, Alemania, ha escrito Pardo Pazán en la Introducción a sus interesantes volúmenes sobre San Francisco de Asís, los minnesingers pululan de cas- tillo en castillo, de un príncipe a otro: son coronados y feste- jados: su historia es una leyenda: uno de ellos, Gualterio de Vogelweide, asume el carácter de poeta nacional y antes que nadie canta a la patria alemana». (34) Era tenido por maestro y guía de la tropa de ruise- ñores, y es sin duda alguna uno de los líricos alemanes más prominentes. Tampoco de este poeta poseemos datos precisos, teniéndonos que limitar a colocarle en el último tercio del si- glo XII y el primero del XIII, siendo de consiguiente coetá- neo de Hartmann von der Aue, Wolfram von Eschenbach y Godofredo de Estrasburgo; fué partidario decidido de los Ho- henstaufen; asesinado Felipe de Maguncia, pasó a la corte del Conde de Turingia, donde conoció a Wolfram; fué privado de Federico TI; tuvo censuras para el Pontificado, aunque per- maneció fiel a la Tglesia; visitó Tierra Santa y parece haber

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