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== ji == longar la existencia fué ya una ilusión acariciada en el antiguo Egipto. Diodoro de Sicilia habla también del «remedio de la in- mortalidad». Pero seis mil años de experiencia vienen repitien- do al hombre la triste o consoladora verdad (según de donde se la mire) de que nadie pasa de la vejez, o como dijo el Rey Salmista: «Si autem in potentatibus, octoginta anni, et amplius eorum labor et dolor.» Es inútil dar vueltas a este pleito y un- tarse por dentro y por fuera de alcohol. Statutum est homini bus semel mori, (29) También Mefistófeles utiliza cierta pócima con el ob- jeto de adormecer a Fausto, sólo que en vez de fabricarla él mismo, acude como un lego cualquiera a una bruja, cuando posee talento y medios suficientes para su elaboración. Este recurso de propinar estupefacientes, es muy manoseado en to- dos los teatros, y la verdad es que ni en Longtfellow ni en Goethe vemos que juegue papel muy importante en el desarro- llo de la acción. Ambos parecen tener composición ígnea, pues mientras el Príncipe Enrique declara saberle a fuego el pri- mer trago, una ligera llama se desprende del líquido cuando Fausto lleva la taza a sus labios. Parece muy puesto en razón tratándose de un líquido infernal. (30) Es un instrumento cuyas cuerdas entran en vibración gracias a una corriente de aire que la hiere. En un comienzo el sonido producido es unísono, mas a medida que arrecia el vien- to se oyen acordes de un efecto maravilloso y seductor, Colo- cando varias de estas cajas sonoras a conveniente distancia unas de otras, se obtienen combinaciones musicales sorpfen- dentes. Su invención se atribuye al P. Kircher, el cual no fué por ventura sino el perfeccionador de un instrumento primi- tivo similar. Algunos han tenido la ingeniosa ocurrencia de colocar arpas eolias en edificios medio derruídos (como en el vetusto castillo de Baden-Baden) y aquella música, que parece ejecutada por manos de ultratumba, produce en el visitante sorpresa placentera y a las veces intensa emoción. (31) Es palabra griega que significa «regeneración», y que en el caso presente pudiera tomarse en el sentido de «rc- juvenecimiento». El Príncipe se hace ilusión de poder recobrar la salud perdida, gracias a la prodigiosa pócima recetada por Lucifer y rebosante de alegría, como la lechera de la conocida fabulifla, fabrica castillos de naipes que la incurable dolencia se encargará de derribar. Ni entonces, ni ahora, ni en lo por- venir, podrán doctores ni farmacópolas devolvernos la perdida juventud, ¡Tempus edax rerum! a E

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