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— 1$2— y en la mano poniéndole un anillo, queda, en Artes y Física, Maestro, y sale de la escuela tau ufano, como si fuese de la tierra dueño. Pues que tenemos toda la mañana, si no tenéis inconveniente, entremos, a escuchar una sabia conferencia sobre aquel Casiodoro, Marco Aurelio (192). (Entran, Y entra Lucifer como doctor.) LUCIFER ¡ Esta es la gran Escuela de Salerno !, el país de disputas y querellas, de cerebros que hierven y almas lumbre, donde, a cada escolar, la envidia quema, cuando un colega un lauro le arrebata! Dicen, que aquí la atmósfera es muy buena; cuando en vapor volcánico y malsano impregnará el ambiente, por doquiera, el Vesubio, que se alza tan vecino: edificios, lugares y viviendas que llenan de terror a quien los mire; y dice bien tan lúgubre apariencia con el error de antiguas falsedades que el celo juvenil, manos inúmeras, siembra, como cizaña, sobre el campo de la verdad, así, para que crezca y madure también en otros sitios. Pero observemos lo que aquí en la puerta se ha fijado y tenemos a la vista; el reto de escolástico que anhela (193) sostener algún público debate, sobre tesis ya falsa o verdadera... y es mi delicia; así tengo observado, muchísimo hace ya, que estas contiendas acaban siempre a palos: mas, sabremos lo que el sabio bufón, ciego sustenta, con pródigo derroche de cerebro... (Leyendo. ) «¿Los ángeles se mueven en discreta