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aa 136 — como triste y suave música, a la hora del ardido mediodía! ET,SA Pues son ellos peregrinos que descalzos... lentamente... su jornada, prometida van haciendo. PEREGRINOS (cantando el himno de San Hidelberto; cantan. do con mímica). Me receptet Sión illa (163) Sión David, urbs tranquilla, Cujus faber, auctor lucis, Cujus portae lignum crucis Cujus claves, lingua Petri, Cujus cives, semper laeti, Cujus muri, ¡apis vivus, Cujus custos Rex festivus (*) LUCIFER (disfrazado de fraile en la procesión). Yo voy también en la piadosa turba de Carmelita en hábito, descalzo (164), y €s bien fuerte la suela de mis plantas, curtidas como el pecho de Hildebrando, aquel «Santo Satán», que llevar hizo (165) tan triste vida a damas de mitrados! Todo el día me voy golpeando el pecho, y con su gracia y dejo, el himno canto, que entiendo los Latines, como nadie, de los que van conmigo caminando. ¡Que alhojarse por granjas... cobertizos (*) Me reciba aquella Sión Sión de David, tranquila ciudad cuyo artífice fué el autor de la luz, cuyas puertas son del leño de la Cruz, cuyas llaves, la lengua de Pedro, cuyos ciudadanos, siempre felices, cuyos muros, de piedra resplandeciente, cuyo guardián, el Rey festivo.