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74 FEA Y= DIEGOODE ES 1ELDA en el año de 1575, la causa contra los Comentarios sobre el Evangelio de San Lucas, estuvo completamente libre en su convento de Salamanca, sin que se le privase de honores ni menos se le hubiese puesto en prisiones. Don Martín de San Cristóbal ayudó, en la causa que contra el P, Estella se seguía en la Inquisición, a los Franciscanos de Salamanca ; pero cuando el 1.0 de agosto de 1578 había fallecido en Salamanca el ilustre franciscano navarro, la Inquisición aun no había fallado la causa, como consta de la carta siguiente : «Muy Rdos. Señores: Por parte de fray Francisco Alderete guardian del monasterio de S. Francisco de Salamanca se á dado en el Consejo la petigion, cuya copia es con esta. Ver la eys, Seño- res, y con breuedad nos informareis donde estan depositados los libros que en la dicha peticion se refieren y a que recado, y si abría yncombeniente de embiarlos a Salamanca, como lo pide el dicho guardian. Y con esta relacion nos embiareis las petigiones que se os remitieron con cartas de 20 y 28 de Diziembre del año pasado de 76, la vna de dicho monasterio, y la otra de fray Diego de Estella, cuyos eran los dichos libros, para que todo bisto se probea en ello, ín Madrid, ginco de Septiembre 1578» (1). No conocemos las circunstancias de la muerte de Fr. Diego de Es- tella (2), pero es de presumir que los disgustos ocasionados por los reparos que el tribunal de la Inquisición puso a los Comentarios sobre el Evangelio de San Lucas, minaron mucho su salud, sobre todo después que hizo la se- gunda edición, que también fué censurada. Este segundo golpe fué terrible para el P. Estella. La segunda edición salió a luz a principios del año de 1578, y a mediados del mismo año, se cree el 1.2 de agosto, entregó el autor su alma a Dios. El convento de San Francisco de Salamanca siguió con interés la causa, y en el año de 1582 dió a luz una nueva edición de los Comentarios sobre el Evangelio de San Lucas, teniendo en cuenta los re- paros de la Inquisición. Este incidente en la vida del P. Estella, que ningún biógrafo había recordado hasta ahora, en sus detalles, no debe en manera alguna dismi- (1) A.H.N., Inquisición, Lib. 579, fol. 164r. Suscriben esta carta Vega, Villegas, Temiño y don Jeró- nimo Salazar, del Consejo de la Suprema y General Inquisición, (2) El P. Villacampa dice que dió el último suspiro en un éxtasis de amor divino, tomando este dato del Necrologio Franciscano que dice; ¿ctu cardiacio ex Dei amoris excessu. Lo mismo nos cuenta don Fran- cisco Eguía y Beaumont en su Historia de Estella, escrita en 1644, o sea solamente sesenta y seis años des- pués de la muerte de Fr. Diego . Respecto a su sepultura trae el P, Villacampa la siguiente información, suministrada por don Fulgencio Riesco, Archivero Jefe de la Biblioteca de la Universidad de Salamanca : De la sepultura de Fr. Diego de Estella no hay restos ni vestigios, pues si bien es cierto que fué sepultado en esta ciudad, el sepulcro y lugar de la fosa debió de desaparecer, porque el convento de Franciscanos desapareció y los P.P. Capuchinos que viven junto al sitio donde estaba el convento nada saben acerca de la sepultura. (N. de los E.).

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