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o A o Í 55 ERAY DIEGO DE ESTELEA Corte de Felipe Il; pero consta que dicho Cardenal estuvo en Roma y Nápoles por lo menos desde el año de 1566 hasta el de 1573, en que ya el P. Estella había dejado la Corte para retirarse a su convento de Salamanca; así que no podemos determinar dónde y cuándo el ilustre franciscano co- noció y trató al Cardenal Granvela. No sabemos si antes del mes de junio de 1573 vino el P. Estella desde Salamanca a negociar personalmente el Privilegio Real para la impresión de los Comentarios sobre el Evangelio de San Lucas; pero como quiera que sea, consta ciertamente que en septiembre del mismo año estaba en Salamanca, pues el día de San Miguel, por encargo de Santa Teresa de Jesús, predicó con motivo de la traslación de las religiosas Carmelitas a la segunda casa que tuvieron en dicha ciudad. El testimonio más auto- rizado acerca de este sermón predicado por Fr. Diego de Estella se halla en la Información canónica que en 1597 hizo en Salamanca la Ven. Ana de Jesús para el Proceso de beatificación de la Santa. Dicho testimonio dice así: «En la fundación de esta casa de Salamanca, entre las muchas ocasiones que hubo para ver lo que la Madre podía con Dios y alcanzaba con su oración, se ofreció una bien notable; y fué que habiéndonos mudado a una casa de Pedro de la Banda, por el mes de Septiembre, víspera de San Miguel, y teniendo publicado que se había de poner el Smo. Sacra- mento el día de este Arcángel y echar el sermón uno de los más famosos pre- dicadores que aquí había, QUE ERA EL P. ESTELLA, Por lo cual entendíamos se juntaría la mayor parte de la ciudad a nuestra solemnidad...» (1). En 14 de febrero de 1574 se celebró Capítulo Provincial en Salamanca, en el cual fué elegido Superior de la Provincia el P. Fr. Alonso Gutiérrez, y Predicadores de Salamanca los PP. Fr. Diego de Estella y Fr. Gaspar de Tamayo, ambos Predicadores de Felipe II (2). EL P. ESTELLA, MISIONERO Poco podemos particularizar sobre las misiones predicadas por el P. Estella en España y Portugal. Por lo que nos dice en sus obras, espe- cialmente en los Comentarios sobre el Evangelio de San Lucas, se ve cla- ramente que el ilustre franciscano ejercitó constantemente el sagrado mi- nisterio de la predicación, y que sus observaciones y enseñanzas sobre la misma están basadas en una larga experiencia. La licencia ya mencionada (1) Debemos copia de este testimonio al distinguido religioso carmelita P. Silverio de Santa Teresa. Véase Obras escogidas de Sta. Teresa de Jesús anotadas por el P. SILVERIO DE STA. TERESA, C. D.,t. IV, Li- bro de las fundaciones, Burgos, 1916, págs. 158-9 (2) Castro, Arbol, P. I, pág. 89.
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