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¿ a ¡ ' ) ; | VIHI AZPILCUETA.-— Octavo apellido de Fray Diego. Aun no existía Carlomagno y ya estaba en pie el palacio de Azpilcueta, decía una vez el doctor Navarro, un Azpilcueta de la rama de Barasoain. Pero cuando vivía el eminente canonista ya hacía siglos que los Azpilcuetas habían salido de los es- trechos límites del Baztán fundando casas en Sada, Lecaun, Echagiie, Cáseda, Barasoain y Mon- real. La de Sada, sobre todo, fundada por un Azpilcueta llamado García, ya desde principio del siglo xv había adquirido una situación predomi- nante y hasta había suplantado, en parte, la primacía que en esa villa de la merindad de Sagijesa gozaron los Aznarez, la familia con la que luego había de entroncar. Pero no estaba destinada esta rama de Sada, a pesar de su proximidad, a realizar esta unión. El Azpilcueta que se había de casar con una Aznarez vino del solar primitivo en el Baztán. Juan de Azpilcueta, señor del Palacio de Azpilcueta (aún se conserva su solar en ese lugar, fronterizo con Francia), dejó de su legítima mujer los hijos siguientes : Miguel, primogénito y heredero del palacio, que murió sin sucesión, pasando los derechos al segundo hijo, Martín; Pedro Sanz, que casó con María Suquía y vivieron en Estella; Petri Sanz, que casó en Cáseda, y Pedro, en Echagive. (Datos suministrados por una declaración de Juan de Azpilcueta, Abad de Echagie, que trae el P. Cros, a quien se- guimos en esta exposición). Martín, mayorazgo por muerte de su hermano Miguel, fué camarlengo del rey don Juan y Alcaide de Monreal, aproximadamente de 1490 a 1502. Hacia mitad del siglo xv casó con Juana Aznarez, la heredera de Javier. La hija de ambos, María de Azpilcueta, debió nacer hacia 1460. Su niñez la pasó en Sagiiesa, en la casa de Ortiz, pues sus padres seguían a la corte. Quizás estuviera allí hasta su matrimonio con el Doctor Juan de Jasso, donde nosotros la dejamos por no repetir los mismos datos que en el nú- mero IV expusimos. ARMAS DE AZPILCUETA. — Un cuartel jaquelado de plata y sable.