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ad A. RO ms EI par A ac e tc E e | | | | H! st PO 26 FRAY DIEGO DE ESTELLA esos sucesos recibió en 1277 una cédula de merced firmada por Felipe de Evreux confirmándole la concesión de veinticinco libras de sanchetes, por sus servicios. Pero el Cruzat que más se haee notar fué don Juan Cruzat, Deán de Tudela, embajador de Carlos II en 1355 cerca del rey de Aragón y en 1367 cerca del Príncipe de Gales, duque a la sazón de Guyena a donde fué don Juan Cruzat con otros señores navarros tomando parte en las Conferencias celebradas primero en Tarbes y luego en Olorón. Dos años más tarde, cuando las no zanjadas diferencias con los reyes sus vecinos obligaron a Carlos II a pasar a Francia dejando de gobernadora del Reino a su esposa doña Juana, puso como adjuntos al Obispo de Pamplona don Bernardo Folcault y a don Juan Cruzat, Deán de Tudela, Doctor en Decretos, que cayó en desgracia a la vuelta del Rey, teniendo que retirarse de la Corte y murió camino de Logroño. Sus bienes fueron confiscados y de ellos hizo donación Carlos II al convento de Carmelitas de Pamplona por Real Cé- dula de 1o de febrero de 1377. ista será quizás la época de más prosperidad de la familia. El pre- dicamento de que gozaban en Pamplona fué tal, que cuando en 1413 se dictó sentencia sobre la respectiva jurisdicción de las parroquias de San Lorenzo y San Cernín, aunque correspondía parte de la propiedad de los Cruzat a la primera, quedó toda en San Cernín atendiendo a la calificada nobleza de este linaje y a ser feligreses antiquísimos de la parroquia. En su suntuosa casa de Pamplona se aposentaron algún tiempo los reyes Don Juan y Doña Catalina y hasta parece que en ella murió la prin- cesa Doña Magdalena, madre de la reina. Quizás por eso obtuvieron un privilegio en virtud del cual ninguna persona del séquito real debía hospe- darse en casa de los Cruzat cuando lo hicieran los reyes sino éstos sola- mente, privilegio que les fué confirmado con expresiones muy honoríficas cuando Carlos V en 1523 se quedó él solo a dormir en dicha casa sin guar- dias ni acompañamiento. Y no sólo en Pamplona sino en varios lugares del reino han poseído palacios y pechas (1). Najurrieta, Arazuri, Novar, Aderiz, Belzunce y Naguiz han tenido relación con los Cruzat en diversas épocas de la historia. Argamasilla de La Cerda en su clásico Nobiliariv y Armería General de Nabarra (Madrid, 1899, 1902 y 1906) da la siguiente filiación de los Cruzat, rectificable quizás en las cuatro primeras generaciones, pero segu:a en las siguientes: Pedro Cruzado, que procedente de Bretaña, vino a Navarra ha- cia 1117. No consta con quien estuvo casado. (1) El Nobiliario de la Valdorba del Abad de Barasoain trae en su página 194 un grabado del escudo de los Cruzat copiado del que existe, con otros siete más, esculpidos en piedra en la pared de la escalera del Coro de la iglesia Ye Sansoain.

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