BCCPAM000R14-4-09000000000000

ti A AE ur y e pe nt > A a AN A A A A an rs SAN CRISTÓBAL.— Está fuera de toda duda que el primitivo solar de los San Cristóbal fué Zalla, en el Señorío de Vizcaya, donde todavía se conserva, aunque moderni- zada, la torre de San Cristóbal. La época más remota a que, por do- cumentos oficiales existentes en el Archivo del actual mayorazgo de la casa, podemos remontarnos, es la segunda mitad del si- glo xt. Un don Fernando de San Cristóbal había casado con doña María Fernández de Escaza, hija del Maestre de Ca- latrava don Fernando de Escaza. El hijo de ambos, don Fernando de San Cristóbal y Fernández de Escaza, ballestero del Rey Alfonso IX, fundaba en 1190 la torre de Cabo de Armería de los San Cristóbal en el lugar de San Miguel de Zalla. Don Fernando unió al primitivo blasón de San Cristóbal — un lobo atravesado en un encino — la cruz de Calatrava en jefe de su escudo, concesión que para «gloriar en él la memoria de su abuelo el Maes- tre» le fué hecha para sí y sus descendientes en línea recta masculina por Cédula del Capítulo de la Orden fechada en Salvatierra el 4 de diciembre de 11909 y firmada por el Maestre don Martín Martínez y los caballeros don Ruy Díaz de Yanguas, don Pedro García de Hernández y don Pero Fernández de Castro, Llevaba pendiente el Sello de Calatrava. Dicho don Fernando, Señor de la torre de San Cristóbal y de Jubera, casó con doña María Ana de Zárate y de ella tuvo a don Francisco de San Cristóbal. Este don Francisco casó a su vez con doña María de Molinar, señora del Palacio de los Molinar, y su nieto — probablemente mejor que su hijo, si hemos de atender a las fechas — fué don Juan de San Cristóbal, señor de San Cristóbal y de Molinar y, además, primer Barón de Torreju- bera, título que le concedió don Juan I de Castilla en Real Carta firmada en Salamanca a 5 de mayo de 1381, por haber acudido a la guerra con Por- tugal distinguiéndose entre otras acciones en los sitios de Coimbra y Lei- rias. Hasta aquí permanece en Zalla la familia de San Cristóbal y allí te- nemos que dejar a la rama mayor para estudiar la segunda, de la que salió 3 e