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La Casa de Fray Diego de Estella por PEDRO EMILIANO ZORRILLA, C, DE LAS REALES ACADEMIAS DE SAN FERNANDO Y CIENCIAS Y ARTES DE BARCELONA ONUMENTO artístico e histórico de inapreciable valía, por el recuerdo imperecedero que encierra, al par que por su notable belleza, es la casa-palacio de los San Cristóbal y Cruzat, donde nació el primogénito de es- tos nobles señores y el más insigne paisano nuestro, el gran Fray Diego de Estella, cuyo nombre difundió por el mundo como ningún otro, sin duda, de los hijos de esta afamada ciudad. Se alza esa mansión señorial de los San Cristóbal al comienzo de la Rúa Mayor de Estella, con cuyo número 6 está señalada, muy próxima a la Plaza de San Martín, centro oficial a la sazón de esta importante urbe navarra, al frente de la cual se eleva la antigua casa municipal, construída en la misma época que la de Fray Diego, llenando su lado mayor el suntuoso palacio románico de los que luego fueron Duques de Granada de Ega, de sangre real de los monarcas de este reino, por quienes fué quizás edificado, ocupando así aquélla un lugar muy escogido del Estella de entonces, y del de ahora también en-su aspecto monumental, que es de los más intere- santes de su peculiar contextura. La traza toda de la casa de Fray Diego pertenece al período del Rena- cimiento, no habiendo datos conocidos de la fecha exacta en que se cons- truyó, dentro del siglo xvi en que, indudablemente, fué edificada. El docto arqueólogo Don Pedro de Madrazo, conforme con la tradición existente, dice que en ella nació el Venerable Fray Diego de Estella por los años de 1524; y, por tanto, es claro que, en su autorizada opinión, para esa fecha estaba ya levantada, entendiendo literalmente esta afirmación. Pero es posible que tal aseveración tradicional acogida por Madrazo no se haya de interpretar tan rigurosamente, sino en el más amplio sen- tido de ser su solar el nativo del gran místico estellés, sobre el cual estu- viera levantada la primitiva casa de los San Cristóbal, y se alzara luego, aunque en vida todavía de Fray Diego, la que hoy subsiste.