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YOSULEVIEENTENARIO l] EL POBRECITO DE ASÍS... Desposado con las dos rubias gemelas, la humildad y la pobreza, ha traspuesto el buen Fray Diego la portada monacal.... en lugar de las marlotas y valonas, trae raída la cabeza y un pardusco y devotísimo sayal... Con la fe y la devoción de los palmeros ha pedido a sus hermanos que le ciñan el cordón, que le alisten en la fila de los pobres caballeros de la cruz y del bordón. ¡Ay su alma, cómo goza bajo el cielo de alborada cuando va con sus hermanos el salterio a desgranar,... cuando sube hasta los cielos como nube plateada el incienso rociado sobre el ara del altar!... ¡Oh, qué gozo, cuando el cuerpo se rebela débilmente contra el duro latigazo del cilicio mordedor,... cuando gime de fatiga en camastro penitente ante el cáliz rebosante de dolor!... cuando tiene que apagar con el ayuno la soberbia de la carne que ha tornado a florecer, ... el orgullo de la carne, poderoso cual ninguno cuando enciende nuestra carne, con su luz fosforecente, Lucifer! ¡Oh, qué gozo que las lluvias y la escarcha cortadora descuarticen y enmagrezcan la briosa juventud, ... que el rigor de los estíos con su llama cremadora purifique las escorias que sofocan la virtud!... ¡Oh! El alma así templada, desplegando su plumaje de paloma por la comba de los cielos infinitamente azul,... embriagada con los vinos del Esposo y con su aroma, revestida de su gracia como en clámide de tul,... adivina allá a lo lejos en las gasas de la bruma una isla de ilusión... un palacio de rizosa y blanca espuma... ¡el palacio donde tiene la esperanza su gloriosa floración! 11 r3: